Este proyecto vino a mí como otros delitos similares: “un amigo de un vecino, cuñado de un concejal de urbanismo me ha pasado esta resina”. No he utilizado los nombres reales para preservar la identidad de los implicados, ya sabéis.
Pues vamos por partes.
Se trata de un Chenard&Walcker, un coche con historia. En 1926, Manso de Zúñiga corrió el Gran Premio de Turismo en San Sebastián, una prueba de 12 horas que se corría en el circuito de Lasarte, justo un año después de participar en Le Mans (el primer español en hacerlo).
La resina me llegó en muy buen estado, pero necesitaba una cura de adelgazamiento. Con respecto al estado inicial, le he destapado la salida superior del capó, le he lijado los cierres de cuero que lleva en el borde del capó y le he abierto la toma de aire frontal para sustituirla por una rejilla.; y con respecto a la versión que corrió en LeMans en el año anterior, esta lleva una abertura de aire mayor, sin láminas, que tendré que hacer con tarjeta de plástico y masilla. Por lo demás no veo ninguna diferencia.
Para este coche tan especial voy a hacer un chasis a base de palos de polo, que en el verano los voy recolectando.
¡Chasis de madera! ¡Que pasada!
El problema es que ahora me veo recolectando yo también palos de helado, aparte de tapones, vitolas de botellas, cables en general, muelles de boli, tiras de plástico…..
¿En serio que aun no recolectas ese material…?
Pues los palos de helado no, pero veo que no me va a quedar más remedio. El problema es que soy más de conos y helados de bola…