Es el momento de seguir adelante, ahora con las llantas. Revisando las fotografías de la época, y a diferencia de la participación en Le Mans donde iba con ruedas de bicicleta, aquí lleva unas de chapa con palomilla. Como de los cobardes no se ha escrito nada, pues cojo una llanta de resina maciza y la torneo hasta conseguir el diámetro deseado y la forma cónica para después insertarle la palomilla.
La suerte me acompaña en estos primeros lances y encuentro unos neumáticos de una maqueta que tienen el perfil y el diámetro ideales. Los monto en una llanta de aluminio y con el torno los lijo para quitarles las rebabas del modeo y el brillo de los flancos, y a montarlos sobre las llantas de resina.
Y como me han dejado trabajar la tarde del sábado, he aprovechado para pintar las llantas y acercarme al aspecto de la chapa original.
ke guay kuando enkontramos las ruedas,llantas,o lo ke sea,de la suerte.En esos momentos….por lo demas esta de lujo.Un abrazo