Este proyecto vino a mí como otros delitos similares: “un amigo de un vecino, cuñado de un concejal de urbanismo me ha pasado esta resina”. No he utilizado los nombres reales para preservar la identidad de los implicados, ya sabéis. Pues vamos por partes. Se trata de un Chenard&Walcker, un coche con historia. En 1926,